Ser fuertes

 










Nos dijeron que ser fuertes era no llorar,
que había que sonreír aunque el alma doliera,
que el cansancio era parte de nuestra esencia,
y que ser mujer es cargar sin tregua ni queja.
Pero ser mujer no es solo resistir,
es florecer en medio de la tormenta,
es caminar en silencio cuando las palabras faltan
y gritar en un abrazo cuando todo se desmorona.
Nos dijeron que debíamos ser perfectas,
pero la verdad es que somos humanas,
y en cada cicatriz, en cada marca del tiempo,
se esconde un cuento que solo nosotras entendemos.
Es en la vulnerabilidad donde reside nuestra fuerza,
en la sororidad, donde nos encontramos de nuevo.
Es mirar a otra mujer y decirle: "No estás sola",
porque en la piel de todas, llevamos la historia.
Ser mujer es poder soñar sin miedos,
y caer para levantarse mil veces.
Es ser un faro en la oscuridad, una mano en la caída,
y un grito de esperanza en el ruido de la vida.
Así que, si alguna vez dudas de tu poder,
recuerda: eres mujer,
y en tu andar, llevas el eco de todas las que vinieron antes,
y de todas las que vendrán después.

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