Nací con un enorme defecto, no me interesa la opinión ajena, creo en el derecho elemental de ejercer mi libertad, eligiendo vivir a mi manera. Esa manera un tanto divergente, disparatada, loca, divertida, aburrida de a ratos, feliz por momentos, con lágrimas de alegría y de las otras. Esa manera de vivir la vida siguiendo los instintos y el corazón, porque cuando las mujeres deseamos algo, nunca nos olvidamos de poner el corazón en ello, aunque sean las ganas o el instinto lo que nos marque el rumbo. Esa manera de vivir que otros censuran simplemente porque no se animan a vivir la vida de esa manera, pero es que yo no la concibo de otra y eso es algo innato en mi. Esa manera de vivir con la cabeza bien alta, sin despegar los pies del suelo, cuando era adolescente, solía despegarlos pero ya aprendí que mas vale apoyar aunque sea los dedos para medir la calidad del viento, ya no todos los vientos me animan a abrir las alas y no es por miedo, es sabiduría, me he convertido en experta mete