No conocemos nuestra verdadera estatura hasta que nos ponemos de pie...

Dicen que a cierta edad las mujeres nos hacemos invisibles, que nuestro protagonismo en la escena de la vida declina, y que nos volvemos inexistentes para un mundo en el que sólo cabe el ímpetu de los años jóvenes. Yo no sé si me habré vuelto invisible para el mundo, es muy probable pero nunca fui tan consciente de mi existencia como ahora; nunca me sentí tan protagonista de mi vida, y nunca disfruté tanto de cada momento de mi vida. Descubrí que no soy una princesa de cuento de hadas. Descubrí al ser humano que sencillamente soy, con sus miserias y sus grandezas. Descubrí que puedo permitirme el lujo de no ser perfecta, de estar llena de defectos, de tener debilidades, de equivocarme, de hacer cosas indebidas, de no responder a las expectativas de los demás y, a pesar de ello, quererme mucho y aún amar, sentir, vibrar. Cuando me miro al espejo, ya no busco a la que fui en el pasado. Sonrío a la que soy hoy. Me alegro del camino andado y asumo mis contradicciones. Siento

Cada día es 8 de marzo Como asociación vivimos este día como un día de lucha, un día revindicativo, un día simbólico. Pero en nuestra realidad, nosotras vivimos todos los días así. Nuestro trabajo diario consiste en eso, en denunciar las injusticias sociales, en revindicar el lugar que les pertenece a las mujeres, en ayudar a otras mujeres, en fomentar la solidaridad entre compañeras. Vivimos en una sociedad en que la pobreza tiene cara de mujer, estamos viviendo un retroce so de valores, de derechos, nos encontramos con cada vez más precariedad laboral y social. Esto es intolerable, este sistema machista y neoliberal está acabando con todo lo conseguido hasta ahora. Compañeras, nos tenemos a nosotras mismas, tenemos la autodefensa, el empoderamiento, la solidaridad feminista, debemos unir las voces, los esfuerzos: hoy saldremos a la calle, y mañana seguiremos en pie, seguiremos luchando, ¡siempre! feliz día de lucha compañeras mañana continuamos!