Se llama (sé llama)









 No se llama estar a la defensiva. Se llama estar atenta.

No se llama tener mala suerte. Se llama violencia machista.
No se llama y ¿qué hiciste tú? Se llama abuso sexual, emocional, agresión.
No se llama eso es mentira. Se llama no quiero creerte.
No se llama las mujeres son muy malas. Se llama misoginia.
No se llama os inventais cosas. Se llama las víctimas de abuso sexual, intrafamiliar hablan cuando pueden.
No se llama soy hombre y también sufro.
Se llama desigualdad estructural.
No se llama, ¿por qué estás enfadada siempre?
Se llama luz de gas, chivo expiatorio, ley de hielo, manipulación, desigualdad de derechos y obligaciones, sentido de merecimiento, edadismo, opresión, acumulación de vivencias dolorosas.
No se llama le van a arruinar la vida al pobre chico. Se llama delito.
No se llama qué rara eres. Se llama trauma.
No se llama contigo no se puede. Se llama no dejarse dominar.
No se llama qué mal eliges. Se llama masculinidad hegemónica. Se llama narcisismo, psicopatía, machismo, sexismo.
No se llama siempre se ha hecho así. Se llama lo hemos asumido así porque es una forma de perpetuar el poder establecido.
Y las que viven oprimidas a lo largo del mundo se rebelan.
Escucha, se llama Patriarcado.
Se llama feminismo.
Y con todas las disidencias y dificultades, nos abre los ojos, nos ofrece un por qué y nos ayuda a estar vivas.
Más vivas cada día.
Eso se llama.
De María Sabroso

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